Desde determinados ambientes de la ciudad de Sevilla, a primera vista considerados no recomendables, salió un inesperado aire de liberación espontánea desde bastante antes de la caída del franqusimo y su asfixia. Esos ambientes se fraguaron en bares, salas de fiesta, tabernas, plazas, locales de alterne y de ambiente, prostíbulos y urinarios, comisarias y redacciones, y también en estudios de música, de radio o ...