Mi canto secreto. El recoveco más recóndito y enigmático de mi corazón. La curva más pronunciada y oculta de mi cerebro. Mi guarida. El ataúd donde entierro bajo llave los sentimientos y conmociones que más atormentan a este inestable servidor. Cada uno de los poros de mi cuerpo, de mi mundo. Donde ella se esconde. Donde ella sigue viviendo. «Tú escribiste la historia, yo ...