A Enrique Ballester (Castelló, 1983) leyó que no hay que vestirse para el puesto de trabajo que tienes, sino para el puesto de trabajo que te gustaría tener, pero de momento le parece excesivo ir por ahí vestido de mascota de los Toronto Raptors. Trabaja en el diario Mediterráneo y los fines de semana se disfraza de articulista de deportes para El Periódico, donde trasladó en 2019 su columna futbolera del Levante-EMV. Colaborador habitual de El día después de Movistar, RAC1 y la revista Líbero, sus textos han asomado también en medios como Letras Libres, Panenka, Diarios de Fútbol, Podium...
Si Ballester fuese defensa central no sacaría de rabona la pelota en el minuto 90 sino que la golpearía lo más lejos posible de su portería. Por eso ha titulado «El último libro de fútbol» su último libro de fútbol. Pero no se engañen, por debajo de ese espíritu práctico (resumido es su aforismo autobiográfico: No aporta soluciones, pero tampoco da problemas) late un ...
En Copenhague, en Basilea o en Soria. En tu pueblo o en el mío. A cuántos niños les habrán dicho, cuando se ponían tristes porque perdía su equipo, que no sintieran pena, que eso realmente no importa, que el fútbol no les da de comer ni les compra ropa. Ese mensaje de no estar triste por el fútbol porque el fútbol no te da de ...
Cuando iba al instituto y jugaba en un equipo, no había partido sin que se diera la siguiente situación. Un rival manejaba la pelota de espaldas a portería y uno de nuestros defensas le encimaba. El entrenador le gritaba «sin falta». Nosotros le decíamos «sin falta». Los padres desde la banda le ordenaban «sin falta». Pasaba un avión con una gran pancarta en la ...
Las columnas de Barraca y Tangana (publicadas en el diario Levante) se han convertido en una contraseña de culto entre los ojeadores más exigentes. Ballester escribe, aparentemente, de fútbol. Pero no te fíes: utiliza el regate de la ironía para despistar al lector. En verdad, escribe sobre lo que de verdad importa.
Infrafútbol es el hallazgo de una pasión que te mata lentamente. El hórror vacui en cada córner. La luz pastosa y tenue de los segundos tiempos. Los bocadillos de fritanga. El sabor metálico de las latas de cerveza. Infrafútbol es aprender de qué va la vida ahí fuera: de aprovechar con toda la crueldad posible los errores ajenos, de susurrar lindas amenazas a oídos ...
Si Ballester fuese defensa central no sacaría de rabona la pelota en el minuto 90 sino que la golpearía lo más lejos posible de su portería. Por eso ha titulado «El último libro de fútbol» su último libro de fútbol. Pero no se engañen, por debajo de ese espíritu práctico (resumido es su aforismo autobiográfico: No aporta soluciones, pero tampoco da problemas) late un ...
En Copenhague, en Basilea o en Soria. En tu pueblo o en el mío. A cuántos niños les habrán dicho, cuando se ponían tristes porque perdía su equipo, que no sintieran pena, que eso realmente no importa, que el fútbol no les da de comer ni les compra ropa. Ese mensaje de no estar triste por el fútbol porque el fútbol no te da de ...
Cuando iba al instituto y jugaba en un equipo, no había partido sin que se diera la siguiente situación. Un rival manejaba la pelota de espaldas a portería y uno de nuestros defensas le encimaba. El entrenador le gritaba «sin falta». Nosotros le decíamos «sin falta». Los padres desde la banda le ordenaban «sin falta». Pasaba un avión con una gran pancarta en la ...
Las columnas de Barraca y Tangana (publicadas en el diario Levante) se han convertido en una contraseña de culto entre los ojeadores más exigentes. Ballester escribe, aparentemente, de fútbol. Pero no te fíes: utiliza el regate de la ironía para despistar al lector. En verdad, escribe sobre lo que de verdad importa.
Infrafútbol es el hallazgo de una pasión que te mata lentamente. El hórror vacui en cada córner. La luz pastosa y tenue de los segundos tiempos. Los bocadillos de fritanga. El sabor metálico de las latas de cerveza. Infrafútbol es aprender de qué va la vida ahí fuera: de aprovechar con toda la crueldad posible los errores ajenos, de susurrar lindas amenazas a oídos ...