Subirse a un tren para no volver a casa en dos meses. Dos meses de tiempo en bruto, de gira, de repetir las mismas canciones y transitar por una misma ciudad llamada Europa. Recorre estas páginas una letanía ininterrumpida que hay que leer casi sin respirar, donde se mezclan voces en lenguas desconocidas, sueños y viejos amigos, a caballo entre Lisboa y San Petersburgo, ...