James Matthew Barrie (1860-1937), escritor escocés nacido en una familia humilde y numerosa, ya desde pequeño entretenía a sus hermanos inventando historias de aventuras. Ejerció como periodista en Notthingham y Londres, pero sobre todo alcanzó el éxito como novelista (Auld Licht Idylls, A Window in Thrums o El pequeño ministro) y prolífico autor teatral (Calle Quality, Lo que saben todas las mujeres, El admirable Crhichton, David…). En 1904 firmó la que sería su obra cumbre, Peter Pan, o el niño que no quería crecer, creada para la escena y transformada en novela en 1911.
En esta ciudada edición se reúnen los dos relatos que el autor dedicó a Peter Pan (Peter Pan en los jardines de Kensington y Peter Pan y Wendy), y se acompañan con ilustraciones que para ambos relatos crearon dos de los más célebres ilustradores de todos los tiempos: Arthur Rackham y Mabel Lucie Attwell. Tras la lectura de ambos relatos, el lector descubrirá una ...
Presentar este libro es sencillo: todos coinciden en que Lady Nicotina sigue siendo el mejor ensayo sobre el tabaco que jamás haya existido. En una narración digresiva y divertidísima, el protagonista de esta historia ha quedado tristemente huérfano de su esclavitud, de los amigos verdaderos y de aquello que le permitía mirar el mundo desde la exquisita atalaya que proporciona el humo siempre ascendente ...
En esta ciudada edición se reúnen los dos relatos que el autor dedicó a Peter Pan (Peter Pan en los jardines de Kensington y Peter Pan y Wendy), y se acompañan con ilustraciones que para ambos relatos crearon dos de los más célebres ilustradores de todos los tiempos: Arthur Rackham y Mabel Lucie Attwell. Tras la lectura de ambos relatos, el lector descubrirá una ...
Presentar este libro es sencillo: todos coinciden en que Lady Nicotina sigue siendo el mejor ensayo sobre el tabaco que jamás haya existido. En una narración digresiva y divertidísima, el protagonista de esta historia ha quedado tristemente huérfano de su esclavitud, de los amigos verdaderos y de aquello que le permitía mirar el mundo desde la exquisita atalaya que proporciona el humo siempre ascendente ...