Nada más sencillo que la cuestión de la muerte voluntaria si se la considera desde el punto de vista del simple deber, en la abstracción pura fuera de toda paradoja y de toda parcialidad. La cuestión es más difícil si se la hace salir de la tesis moral, que fácilmente se convierte en vulgar y en declamatoria, tratando de penetrar en la psicología dolorosa ...