Cualquier aficionado al cine tiene algo más que la sospecha de que el Hollywood clásico, la «fábrica de sueños» de las décadas treinta a cincuenta del siglo pasado, ya no es lo que era, y no sólo porque el glamour y el ingenio de aquellas películas hayan pasado a mejor vida, sino porque las estructuras económicas e industriales que los sustentaban –los grandes estudios, ...
Cualquier aficionado al cine tiene algo más que la sospecha de que el Hollywood clásico, la «fábrica de sueños» de las décadas treinta a cincuenta del siglo pasado, ya no es lo que era, y no sólo porque el glamour y el ingenio de aquellas películas hayan pasado a mejor vida, sino porque las estructuras económicas e industriales que los sustentaban –los grandes estudios, ...