La mirada de Ramón es la del asombro infantil, siempre nuevo e incansable ante lo plural y vario. Abreviado museo de intuiciones y estampas, las greguerías de la luna nos hablan de suicidas, contrabandistas, polizontes, relojes, cementerios, camisas o claraboyas. Todo sirve en este impenitente juego de analogías y equivalencias inesperadas, en el que la contemplación nos regala sin tregua imágenes de un caleidoscopio ...