Avery Keelan vive en Edmonton con su marido, sus dos hijos y dos gatos que creen que ayudar a escribir es saltar sobre el teclado. Adicta al café y enamorada del chocolate negro, escribe romances divertidos, intensos y con mucho salseo. Cuando no está tecleando historias, la encontrarás con un libro en la mano y una taza de café en la otra.