David Lapham nació y creció en Nueva Jersey. A los diecisiete años comenzó a trabajar como diagramador para el Ocean County Observer. A los veinte, comenzó su carrera como artista de cómic, creando e ilustrando diversos títulos, como Shadowman, Harbinger y Rai. En 1995 cofunda El Capitán Books, su propia editorial independiente. Allí publica Balas perdidas, una serie que le ha valido multitud de galardones, entre ellos el Premio Eisner que le concedieron en 1996 como Mejor Guionista / Artista. Además ha sido nominado cinco veces más al Eisner en dicha categoría. Al margen de Balas Perdidas, uno de sus trabajos más destacados es Mátame, una novela gráfica de serie negra publicada en España por Ediciones La Cúpula. También ha colaborado en la serie de Batman Detective Comics y ha realizado su propia interpretación de The Matrix en el tebeo There Are No Flowers in the Real World. A día de hoy reside en Los Ángeles.
Robar la pasta y las drogas, hecho. Darse el piro, hecho. Beth, Orson y Nina han conseguido esquivar a sus enemigos al menos, de momento. Se dicen que los buenos tiempos están a la vuelta de la esquina, pero ¿cuál exactamente? ¿Dónde podrían instalarse para no tener que guardarse constantemente las espaldas? ¿Encontrarán algún día ese lugar o se hundirán para siempre en un ...
Al fi nal Beth y Orson la liaron parda: un asalto, un tiroteo, salir por patas, rescatar a Nina. Y luego el crío ese en el maletero del coche Ahora tienen consigo dos maletas, una llena de billetes yotra, de cocaína, pero les falta mundo para correr. Y Orson necesita un médico o algo que se le parezca.
Si alguien a quien quieres te pide algo que estás seguro de que saldrá mal, ¿lo harías igualmente? Corre 1981 en Baltimore. Beth y Orson tienen trabajo que hacer: fabricar unas bombas de humo, comprar un par de pasamontañas, hacerse con unos rifl es o un par de pistolas... Y les hará falta también una escalera de mano. La idea es dar el palo ...
Baltimore. Finales de los 70. Alguien ha matado a Lonnie, gerifalte de la droga. Harry pasa a estar al mando, pero le puede la paranoia. Spanish Scott lo sabe y está dispuesto a tomar las riendas, poner a tono el negocio, hacerse con el tráfico. Luego está el joven Kretchmeyer, qué tío. Pese a su juventud, ya ha tenido tiempo de dar pasaporte a ...
Robar la pasta y las drogas, hecho. Darse el piro, hecho. Beth, Orson y Nina han conseguido esquivar a sus enemigos al menos, de momento. Se dicen que los buenos tiempos están a la vuelta de la esquina, pero ¿cuál exactamente? ¿Dónde podrían instalarse para no tener que guardarse constantemente las espaldas? ¿Encontrarán algún día ese lugar o se hundirán para siempre en un ...
Al fi nal Beth y Orson la liaron parda: un asalto, un tiroteo, salir por patas, rescatar a Nina. Y luego el crío ese en el maletero del coche Ahora tienen consigo dos maletas, una llena de billetes yotra, de cocaína, pero les falta mundo para correr. Y Orson necesita un médico o algo que se le parezca.
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Baltimore. Finales de los 70. Alguien ha matado a Lonnie, gerifalte de la droga. Harry pasa a estar al mando, pero le puede la paranoia. Spanish Scott lo sabe y está dispuesto a tomar las riendas, poner a tono el negocio, hacerse con el tráfico. Luego está el joven Kretchmeyer, qué tío. Pese a su juventud, ya ha tenido tiempo de dar pasaporte a ...