Hubiera sido un verano perfecto, pero Claudio García, mi único enemigo en mi lista de enemigos se mudó a mi barrio. Por suerte mi padre era un entendido en enemigos y me propuso un truco para deshacerme de él: Un pastel para enemigos.
Mi padre me dijo que, para que el pastel surtiera efecto debería invitar a Claudio, pasar un día entero con él ...