Érase una vez un mar sin orillas. Un delirante mundo ahogado, un naufragio en el que el barco es completamente succionado por sí mismo, una náufraga que logra no rendirse a pesar de sus pulmones en carne viva saturados de sal, el descubrimiento de que el mar era otro cielo en el que callan los incesantes gritos de las heridas si logras devolver a ...