Jugar con los versos, leerlos en voz alta, inventarlos, ayuda a desarrollar el oído poético, la imaginación, la diversión en grupo, a descubrir, por medio de la rima, en la primera etapa de la niñez, la música interior de las palabras.
Carmen Plaza se ha adentrado en el drama del refugio a corazón abierto con una sensibilidad extraordinaria. Ha visto, ha sentido sus voces («He visto cómo aprenden / a flotar mis hermanos / sobre el dolor del agua. / Les he visto partir con un rumbo preciso. / Por camino un desierto. / Por mochila una lágrima») y las ha recogido en un poemario ...
Jugar con los versos, leerlos en voz alta, inventarlos, ayuda a desarrollar el oído poético, la imaginación, la diversión en grupo, a descubrir, por medio de la rima, en la primera etapa de la niñez, la música interior de las palabras.
Carmen Plaza se ha adentrado en el drama del refugio a corazón abierto con una sensibilidad extraordinaria. Ha visto, ha sentido sus voces («He visto cómo aprenden / a flotar mis hermanos / sobre el dolor del agua. / Les he visto partir con un rumbo preciso. / Por camino un desierto. / Por mochila una lágrima») y las ha recogido en un poemario ...