Luis Quintanilla (Santander, 1893-Madrid, 1978). Fue marinero, boxeador, pintor, dibujante, fresquista, repujador, grabador, ceramista, escritor, espía, memorialista, retratista, escenógrafo, cineasta, autor teatral, ensayista e ilustrador. Le sorprendió la guerra dando las últimas pinceladas a los frescos del Monumento a Pablo Iglesias, a partir de ese momento se compromete con la II República con encargos que le posibilitan como un extraordinario testigo de guerra: participó en el asalto al Cuartel de la Montaña, vivió la situación del Alcázar de Toledo y dirigió una red de espionaje que tenía a Luis Buñuel como intermediario con la Embajada Española en París. En 1938 parte hacia Nueva York para pintar los frescos de la Guerra Civil. Inicia así un largo exilio primero en EEUU y desde 1958 en París, allí redacta sus memorias Pasatiempo. La vida de un pintor. En 1976 regresa a España, donde muere dos años más tarde.
Luis Quintanilla, fue, como otros muchos hombres de su generación, un espíritu inquieto, que le llevó a recorrer el mundo y que, al reconocer su verdadera vocación, la pintura, se instaló en el mágico París anterior a la Primera Guerra Mundial, donde conoció a grandes artistas como Degas, Modigliani, Picasso, Chagall y un larguísimo etcétera, destacando su amistad con Juan Gris, su verdadero maestro ...
Luis Quintanilla, fue, como otros muchos hombres de su generación, un espíritu inquieto, que le llevó a recorrer el mundo y que, al reconocer su verdadera vocación, la pintura, se instaló en el mágico París anterior a la Primera Guerra Mundial, donde conoció a grandes artistas como Degas, Modigliani, Picasso, Chagall y un larguísimo etcétera, destacando su amistad con Juan Gris, su verdadero maestro ...