Guayaquil, Ecuador, 1976, interesada en lo extraño y lo fantástico. Con "Balas perdidas" ganó en 2010 el Premio Joaquín Gallegos Lara al mejor libro de relatos del año en Ecuador. Es catedrática universitaria y coordina talleres de escritura creativa. Como narradora ha publicado los libros "Tinta sangre" (2000), "Dracofilia" (2005), "El lugar de las apariciones" (2007), "Balas perdidas" (2010), "Caja de magia" (2015), "Episodio aberrante" (2016), "La bondad de los extraños" (2016), "Levitaciones" (2017) y "La primera vez que vi un fantasma" (Candaya, 2018).
Durante siglos en la historia de la literatura, lo inquietante quedó adscrito al ámbito de lo rural: la oscuridad de los bosques ha engendrado todo tipo de monstruos y de estremecimientos. Era en la espesura donde moraba aquello que estaba fuera del control de los seres humanos, más allá de su lógica, de su poder o de los límites que dibujaban sus mapas. Pero, ...
Los fantasmas que atraviesan este libro habitan en un avejentado hotel de carretera o en el cuerpo de una gata embarazada, se enredan en una trenza atada por una cinta azul, explotan con estruendo en el aire y se ocultan entre los dientes de una minúscula mujer desnuda. Cruzan plácidamente de un relato a otro y por momentos se vuelven una presencia tangible que ...
Durante siglos en la historia de la literatura, lo inquietante quedó adscrito al ámbito de lo rural: la oscuridad de los bosques ha engendrado todo tipo de monstruos y de estremecimientos. Era en la espesura donde moraba aquello que estaba fuera del control de los seres humanos, más allá de su lógica, de su poder o de los límites que dibujaban sus mapas. Pero, ...
Los fantasmas que atraviesan este libro habitan en un avejentado hotel de carretera o en el cuerpo de una gata embarazada, se enredan en una trenza atada por una cinta azul, explotan con estruendo en el aire y se ocultan entre los dientes de una minúscula mujer desnuda. Cruzan plácidamente de un relato a otro y por momentos se vuelven una presencia tangible que ...