Me cogió del cuello y me dio un beso largo y cálido, como solo ella podía darlos. Un beso de esos que sabía perfectamente que me colocaban a sus pies. A Pablo, un hombre mediocre, varado en un mundo pequeño, le acaban de diagnosticar una enfermedad terminal. Pero esto es solo el inicio de un tobogán imparable, donde los ángulos muertos de su vida ...