Hemos iniciado una nueva década con un enorme desempleo, una deuda pública masiva, una desigualdad y un empobrecimiento crecientes,
y un entorno natural cada vez más devastado. El sistema sirve a los muy ricos, a los gestores y a las grandes corporaciones, pero no al resto. Los gobiernos están en manos de los mercados y los especuladores. La competencia de China y otros países emergentes ...