Joven estudiante de Bellas Artes en la Universidad de Toulouse, Fabienne Verdier emprendió en 1983 un viaje a China, donde quedó fascinada por un arte milenario: la caligrafía. No sólo era el primer occidental que entraba en la provincia de Sichuan desde 1949, sino que no hablaba chino y el partido comunista había prohibido a los estudiantes relacionarse con extranjeros. Además, la caligrafía había ...