Desde la azotea de su casa, el protagonista de Montedidio avista, bajo las hileras de ropa tendida, casi toda Nápoles. Ése es su refugio, al aire libre, donde intima con su primer amor, Maria, y donde ejercita el lanzamiento, imposible y final, del bumerán que le regaló su padre. A través de las vivencias que va anotando en los trozos de papel que le ...