Yo me celebro y me canto, y cuanto hago mío será tuyo también, porque no hay átomo en mí que no te pertenezca. Holgazaneo, e invito a mi alma. Holgazaneo, a mi antojo, y me paro a observar una brizna de hierba estival. Mi lengua, y hasta el último átomo de mi sangre, están formados por esta tierra, por este aire; nacido aquí, de ...