«Su estilo, seco y conciso, recuerda el de autores como Dashiell Hammett, Raymond Chandler y, sobre todo, Ross Macdonald y su investigador privado Lew Archer. Porque Lincoln Perry, el detective de la novela de Koryta, es un digno heredero de estos duros históricos, con sus métodos poco ortodoxos, la obsesión febril por desentrañar una endiablada trama de asesinato, la fidelidad y el honor a ...