Entre 1936 y el final de la dictadura, miles de españoles de todo género, clase social e ideología, fueron privados de su libertad en una represión tan sistemática como indiscriminada. En medio de la desposesión más absoluta y el sometimiento más cruel, la escritura de cartas se convirtió para los prisioneros, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, cultos y analfabetos, en el remedio principal ...