Quien escribe esta clase de libros suele ser persona de esquina, que espera, mundaria, más que mundana, que las ve venir y las ve irse. Si el novelista es acaso un ser agazapado y de rincón, lo mejor, para un diario de esta naturaleza, es ganar la calle, esa novelería. La esquina, vivida a lo largo de un año, da para mucho. Haga frío, ...