Gutiérrez regresa a Santa Fe después de mucho tiempo. Nula, un muchacho que tiene la mitad de su edad, 29 años, lo recibe y hacen juntos una caminata. Avanzan por la misma calle pero en tiempos diferentes. Para Gutiérrez, ese mundo de provincia, acaso su patria afectiva, tiene el sabor inmediato y remoto, familiar y extraño, de un lugar donde el pasado se actualiza. ...