El mar es mutabilidad, misterio, movimiento.
¿Qué tiene el mar que nos seduce tanto? ¿Acaso sentimos una atracción atávica, irrefrenable, por volver a su seno porque de él surgieron nuestros más remotos ancestros?
Pero el mar también ha sido siempre un lugar peligroso, una entidad implacable, hermosa pero implacable, indiferente a nuestras vidas, pensamientos o emociones.
Los hombres, no obstante, se han aventurado en sus aguas desde ...