Si alguien hubiera dicho: la soledad se nutre de párpados caídos, de silencios dormidos en la noche del ángel; la soledad es una inválida semilla, heredad antigua, cadena y mortaja... Pero nadie lo dijo. Y yo, que esperaba, tuve que evadirme por los cuatro puntos amargos del viento. Naturaleza, esencia, sentimiento y libertad caracterizan estos versos, con los que Amparo Dávila, premio Xavier Villaurrutia ...