CIERTO CIERVO QUE VI

CIERTO CIERVO QUE VI.

Autor/es

  • EAN: 9788415039952
  • ISBN: 978-84-15039-95-2
  • Editorial: LA ISLA DE SILTOLÁ
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 180 X 215 cm.
  • Páginas: 72

valoración (0 Comentarios)
Comenta y valora este libro

Disponible 2 días

pvp 18,00 €


Pensar es un modo de conjurar. Se invocan imágenes, emociones, sonidos: palabras a veces, pero no necesariamente. O palabras siempre, pero a la manera de las fórmulas mágicas: con la sintaxis absurda, los sentidos permutados. Sin norte ni rima, el pensamiento es un estado de pérdida que hace posible la búsqueda. Como el bosque.

Versión original de su Loewe 2007, Cierto ciervo que vi no nos recuerda en absoluto al Vicente Valero de Días del bosque. Esto, como el Quijote de Menard, es otra cosa, aunque en ocasiones sea lo mismo. Frente a sus Días, el Ciervo de Valero parece más libre, menos premiado, lo cual es siempre bueno. Todo es más directo, más puro, también la esencia metafórica misma del bosque que ahora no sólo nos es narrado, sino también mostrado: no es lo mismo leer la madera que tocar la madera, entender el vuelo (de águilas o aviones) que subirse a unas alas. En las fotografías de José del Río Mons vemos nuestra mente pensando el bosque: incluso en la oscuridad más húmeda algo arde. Lo natural y lo humano son uno, por mucho que tengamos dos palabras para nombrarlo: “Una vez vi también los vasos vacíos sobre la mesa del atardecer, los fragmentos azules de un pan desconocido. Había sangre en el mantel tejido por los dioses, cuchillos quemados por el sol. Me acerqué y comí. Por aquel tiempo sólo me alimentaba de heridas misteriosas, de antiguos y violentos sacrificios”. Y mientras la criatura humana sobrevive para seguir creyendo, la naturaleza se vuelve nosotros, se parte en dos para consentir el amor, manifestaciones del mundo que chocan o copulan: “El viento busca siempre el bosque: sabe que aquí podrá su dolor ser libre, gemir, romper, hacer temblar la tierra. Sabe que aquí podrá declarar su tormento: el placer de su ira. Después del viento el bosque está siempre cansado”. Es un estudio del corazón, y de la poesía que conlleva.

Sobre nuestras cabezas se cierra una espesura como música: Cierto ciervo que vi es una afrenta a la pobreza creativa de las dictaduras estéticas. Nos gusta lo crudo, lo tibio de vida, lo que nadie ha juzgado. La experiencia de existir a la velocidad de las gacelas.

AINHOA SÁENZ DE ZAITEGUI "EL CULTURAL"

Otros libros del mismo autor