CORRESPONDENCIA
1971-2005

Autor/es
- EAN: 9788433919533
- ISBN: 978-84-339-1953-3
- Editorial: ANAGRAMA
- Año de la edición: 2024
- Encuadernación: Rústica (tapa blanda)
- Medidas: 140 X 220 mm.
- Páginas: 184
- Materias: narrativa
(0 Comentarios)
Comenta y valora este libro
pvp 19,90 €
El primer volumen de una serie que tendrá por objeto difundir lo más importante del archivo de Anagrama. La muerte de Hans Magnus Enzensberger el pasado mes de noviembre [2022] me causó un fortísimo impacto. No en vano había sido uno de mis primeros autores en Anagrama y, después, uno de mis mejores amigos del mundo editorial.Empecé a publicar a Enzensberger de una manera, digamos, casual. Él y Gabriel Ferrater habían trabado una buena amistad como brillantísimos asesores de sus respectivos editores en el Premio Formentor. A raíz de ello, Ferrater persuadió a Barral, con mucho énfasis, para que publicara Einzelheiten. Sin embargo, en la primera visita como editor novato que hice a Carlos, me comentó que en nueve años Ferrater no había entregado ni siquiera una página de la tan deseada traducción y me propuso si yo lo quería publicar para aplacar las iras de la editorial Suhrkamp y del propio Enzensberger. Enseguida le dije que sí, entusiasmado, puesto que yo, que no leo alemán, había comprado la traducción francesa del libro, Culture ou mise en condition?, y me había gustado muchísimo. Con el título de Detalles lo publicamos en 1969 como el primer número de la muy veterana y persistente colección «Argumentos». Es decir, para mí, happy end.Así comenzó una amistad que se iba fortaleciendo con los encuentros en ferias y eventos internacionales y con sus frecuentes visitas a España. [...] Magnus, como le llamábamos sus amigos, tenía entre otros rasgos distintivos el ser muy versátil en distintos géneros literarios. Empezó como poeta, luego se dio a conocer como ensayista, crítico, memorialista, incluso como autor teatral. [...]Debido a que publicábamos tantísimos libros de Enzensberger en España y a mi gran amistad con él, durante años, fui considerado algo así como el cónsul general involuntario de Enzensberger en España: así consta en nuestra copiosa correspondencia.Y pasados los años, casi siglos, me dijo que estaba muy atareado de trabajo y me proponía aparcar en lo posible ese rol que su actividad me había adjudicado.