EN EL BOSQUE DEL SONAMBULISMO SEXUAL

No son cuentos, no podría decirse que son "textos" ni "prosas" y obviamente no son novelas. Las historias (un instructor de paracaidismo que viola a sus alumnas en el aire, un gaucho en una payada de haikus con la estela de un chico incendiado) se multiplican sobre la marcha, pero no necesariamente concluyen ni redondean un final. Demás está decir que si tienen un comienzo es porque en alguna parte hay que empezar, pero eso es algo que se piensa, que no se siente. Las situaciones y las frases, insólitas y brillantes, podrían ser intercambiables, entremezclarse y sucederse en un orden nuevo. Y aún así están siempre en el mejor lugar, obedeciendo al ritmo, que es su única lógica.
Se diría que estas piezas (quizá podamos llamarlas piezas) evolucionan en espiral. En algunos casos lo hacen comprimiéndose y en otros disparándose a los costados -nunca hacia adelante, y mucho menos en línea recta-, mientras los personajes principales, que carecen de cualquier propósito inteligible, ceden su protagonismo a los secundarios, o cambian de sexo y de narrador, cuando no cambia de sexo el narrador mismo. Pero dejemos hablar al que lee. En el bosque del sonambulismo sexual es una nueva muestra de la hipnótica originalidad de la literatura de Sergio Bizzio.
(Francisco Garamona)