Louise Ackermann (París, 1813-Niza, 1890), nacida Louise-Victorine Choquet, tomó el apellido de su esposo el filólogo alsaciano Paul Ackermann, de quien enviudó tempranamente. Recluida desde entonces y por largo tiempo en su finca nizarda de La Lanterne, donde se dedicó a la lectura, el estudio y la escritura, disfrutando de la independencia que le permitía su retiro, se trasladó a la capital francesa y ejerció como salonnière en la última etapa de su vida. Aunque asumía los estereotipos vinculados a su sexo, hizo uso de una libertad infrecuente tanto en su itinerario personal como especialmente en su obra, formada entre otros por los siguientes títulos: Contes (1855), Contes et poésies (1862), Poésies philosophiques (1871), Ma vie (1877), Pensées d’une solitaire (1882) y su Journal, publicado póstumamente en 1927. Según propia confesión, no conoció otras pasiones que las de la mente.
Apenas conocida entre nosotros, pero muy célebre y controvertida en la Francia de la segunda mitad del siglo XIX, donde su desprejuiciada condena de la religión causó un tremendo impacto, Louise Ackermann ha dejado un rastro ambiguo en el que conviven la admiración y el escándalo. Rebelde, transgresora, descreída e incómoda, la pensadora y poeta parisina fue motejada de «Satán femenino» por su desusada ...
Apenas conocida entre nosotros, pero muy célebre y controvertida en la Francia de la segunda mitad del siglo XIX, donde su desprejuiciada condena de la religión causó un tremendo impacto, Louise Ackermann ha dejado un rastro ambiguo en el que conviven la admiración y el escándalo. Rebelde, transgresora, descreída e incómoda, la pensadora y poeta parisina fue motejada de «Satán femenino» por su desusada ...