Julián Bellón vuelve a Córdoba por la muerte de su padre. Esa pérdida le arrastrará a su infancia, a los bares y a las personas que le vieron crecer, el último paraje de felicidad blindado antes de que su vida se torciera y cayera en un espiral de autodestrucción. El niño que se puso de portero aún soñando con marcar un gol, el joven ...