La magia existe. Aunque nadie la llama así: la llaman prodigios. Para que suceda un prodigio alguien tiene que pedirlo y esperar a que los dioses, sean cuales sean, respondan.
Desde que se prohibieron en Europa, pasaron a convertirse en meras leyendas. Pero en un lejano pueblo del norte, los prodigios viven entre los humanos como si nunca hubieran desaparecido...
A comienzos del siglo ...