Su ritmo es ágil, vertiginoso, frases cortas que se suceden como puñetazos al rostro, al estómago, al hígado. Un lenguaje boxístico perfecto. La sangre de los protagonistas de estos relatos cortos, algunos muy breves, salta del papel y te salpica la cara. (David González)
Alexander Drake les golpeará con sus palabras, sin bajar la guardia, como un púgil que nunca descansa. (José Ángel Barrueco)
Son relatos ...