Chavela Vargas, chamana de la música, hablaba del poder sanador de algunas canciones. De canciones que cierran heridas, que refrescan sienes febriles y alivian dolores del alma.
Y una de las técnicas de curación de los dolores de desamor es llevarlo a una expresión excesiva, desmesurada, hasta que, por saturación, deja de sentirse como propio y real.
Esa es la intención de este libro, que, como ...