Dicen que Roma es la Ciudad Eterna, tal vez porque el tiempo la atraviesa con lentitud. Es caótica y, sin
embargo, pausadamente melancólica. Acumula un escepticismo de siglos pero mantiene la luminosa viveza del Mediterráneo.
Es una ciudad en la que abundan los lugares y los instantes mágicos. En sus páginas encontrará el lector un montón de
estupendas historias, personajes, momentos y escenarios romanos: los gatos, las ...