África es -ya lo sabemos- un género literario en sí misma. Pero esta novela no es una machada aventurera, ni tampoco una inmersión tenebrosa en su corazón subsahariano. El año que nos duchamos entre abejas es un libro a modo de tentativa, que se cuestiona a sí mismo, se reta, se fuerza (y esfuerza) por ver cuánto más puede dar de sí. No se ...