Jacques Bouveresse (Epenoy, Francia, 1940) es Doctor en Filosofía por la Universidad de Paris I. Ha publicado numerosas obras inscritas en los campos de la filosofía de las ciencias, la filosofía del conocimiento y la filosofía de la cultura y del lenguaje. Influenciado por Wittgenstein, el círculo de Viena y la filosofía analítica, Bouveresse es partidario de una filosofía racionalista y de un trabajo intelectual situado al margen de las modas, por lo que buena parte de sus escritos filosóficos critican las imposturas científicas e intelectuales de la filosofía francesa de los años 1970-90, los nuevos filósofos y la prensa sensacionalista que los acogió y encumbró. Bouveresse también ha dedicado parte de su trabajo a autores como Ludwig Wittgenstein, Robert Musil o Karl Kraus.
Es sabido que Nietzsche fue una referencia esencial para Foucault, pero la lectura que este hizo del filósofo alemán tal vez fue una lectura limitada. El elogio que Bouveresse hace de Foucault es completamente "sincero", pero tiene una función: demostrar que las críticas que le dirige no se deben a la simpatía o a la antipatía, sino únicamente a un afán de rigor.
A lo largo de treinta breves capítulos, en cada uno de los cuales presenta un tema partiendo de las meditaciones de algunos filósofos, escritores o críticos literarios que han reflexionado sobre ello, Jacques Bouveresse plantea una serie de preguntas a las que intenta dar respuesta.
A pesar de vivir en la época del auge de la cultura vienesa, Karl Kraus (1874-1936) nunca se reconcilió con su tiempo. Desde Die Fackel, su crítica a los medios fue tan productiva como implacable. Veía en los periódicos la muestra más descarnada de los intereses políticos y económicos que, con el poder de su lenguaje anestesiante, creaban una escuela de banalidad, conformismo, sentimentalismo ...
Es sabido que Nietzsche fue una referencia esencial para Foucault, pero la lectura que este hizo del filósofo alemán tal vez fue una lectura limitada. El elogio que Bouveresse hace de Foucault es completamente "sincero", pero tiene una función: demostrar que las críticas que le dirige no se deben a la simpatía o a la antipatía, sino únicamente a un afán de rigor.
A lo largo de treinta breves capítulos, en cada uno de los cuales presenta un tema partiendo de las meditaciones de algunos filósofos, escritores o críticos literarios que han reflexionado sobre ello, Jacques Bouveresse plantea una serie de preguntas a las que intenta dar respuesta.
A pesar de vivir en la época del auge de la cultura vienesa, Karl Kraus (1874-1936) nunca se reconcilió con su tiempo. Desde Die Fackel, su crítica a los medios fue tan productiva como implacable. Veía en los periódicos la muestra más descarnada de los intereses políticos y económicos que, con el poder de su lenguaje anestesiante, creaban una escuela de banalidad, conformismo, sentimentalismo ...