Gabriel Caldedrón (Montevideo, 1982) es dramaturgo, actor y director. Su formación se completa en España (Fundación Carolina, 2004) e Inglaterra (Residencia Internacional del Royal Court Theatre de Londres, 2009). Ha sido miembro del Lincoln Center Theater Directors Lab (Nueva York), artista residente del Théâtre des Quartiers d’Ivry (París) entre 2011 y 2013, y colaborador estable del Teatro Nacional de Módena-ERT entre 2018 y 2021. En la actualidad dirige la Comedia Nacional de Uruguay. En 2005 recibió el premio Florencio a la mejor dirección de la temporada por su versión de Morir (o no) de Sergi Belbel y el Premio Morosoli por su aporte a la cultura nacional uruguaya. Obtuvo también, en dos ocasiones, el Premio Nacional de Literatura uruguaya por Mi pequeño mundo porno (Criatura, 2011) y por la antología Tal vez la vida sea ridícula (Criatura, 2016) (con las obras Uz –el pueblo, Or –tal vez la vida sea ridícula y Ex –que revienten los actores). También ha escrito las obras Mi muñequita (la farsa) (2004), Historia de un jabalí o Algo de Ricardo (2013), Ana contra la muerte (2019), Mi eterno fin del mundo (2020), y Constante (2022), escrita junto con Guillermo Calderón y presentada en el Festival de Almagro (España). Sus obras han sido representadas en Argentina, Uruguay, Brasil, México, Panamá, Costa Rica, Ecuador, Bolivia, Perú, España, Francia, Italia, Suiza, Australia, Alemania y Estados Unidos; y algunas de ellas han sido traducidas al inglés, portugués, francés y alemán.
Estas obras raras que nos ofrece Gabriel Calderón son perversas, pero no por su oscuridad o malicia, sino por perturbar el orden, el camino de lo políticamente correcto. Esta rareza reside en sus temas, en esas frustraciones dramáticas que parecen no entenderse entre piruetas extrañas, originales y hasta graciosas. Aparentemente de intenciones simples, en estos textos suceden cosas que parecen extrañas, fuera del orden ...
La obra de Gabriel Calderón está marcada por el humor y la fantasía; sin embargo, en Ana contra la muerte, renuncia al tono irónico habitual para enfocarse en la familia y la muerte. En esta obra, Ana quiere ayudar a su hijo que padece cáncer, pero, como no puede costear los tratamientos que requiere, hará lo impensable para salvarlo de la muerte. El autor ...
Estas obras raras que nos ofrece Gabriel Calderón son perversas, pero no por su oscuridad o malicia, sino por perturbar el orden, el camino de lo políticamente correcto. Esta rareza reside en sus temas, en esas frustraciones dramáticas que parecen no entenderse entre piruetas extrañas, originales y hasta graciosas. Aparentemente de intenciones simples, en estos textos suceden cosas que parecen extrañas, fuera del orden ...
La obra de Gabriel Calderón está marcada por el humor y la fantasía; sin embargo, en Ana contra la muerte, renuncia al tono irónico habitual para enfocarse en la familia y la muerte. En esta obra, Ana quiere ayudar a su hijo que padece cáncer, pero, como no puede costear los tratamientos que requiere, hará lo impensable para salvarlo de la muerte. El autor ...