A finales del siglo XII, Tokio fue devastado por incesantes catástrofes: tornados, terremotos e incendios. Chômei, que acababa de cumplir cincuenta años y rechazado la buena vida del funcionario de la corte por la incierta existencia del poeta, abandona la residencia familiar para vivir en una modesta casa, donde busca libertad para escribir y un mayor dominio sobre su vida. Cinco años después, aquella ...