Nació en Madrid en 1963, ha sido profesor de traducción en la Universidad de Salamanca y lo es actualmente en la Universidad Complutense de Madrid. Es autor de las novelas juveniles "Impresión bajo sospecha" (2009, reedición en 2022), "El diablo en Madrid" (2012), "El comendador de las sombras" (2013) y "A tumba abierta" (2016); de las novelas para público adulto "Los jugadores" (2015), finalista del Premio Espartaco de la Semana Negra de Gijón, y "El mal y el tiempo" (2017), y traductor de más de 150 títulos de literatura alemana. Por su traducción de la biografía Kafka (2018), de Reiner Stach, obtuvo el Premio Ángel Crespo, y por la de la novela "Todo en vano", de Walter Kempowski, el Premio Esther Benítez correspondiente a 2021.
Es frecuente oír lamentos entre los escritores respecto a la pérdida del viejo estatus de la literatura… ¿Tienen los autores algún papel relevante en el mundo? ¿Les queda todavía alguna función que cumplir? Esas y otras preguntas son las que plantea C
La literatura no solo es un viaje, sino que viaja ella misma, cruza fronteras y desembarca sus mercaderías de palabras, que en muchas ocasiones fructifican en tierras ajenas.
Los porteadores (o los mercaderes, o los contrabandistas) de esas palabras son los traductores. Los únicos que hacen el viaje de ida y vuelta, saliendo de casa para buscar los tesoros ajenos y trayéndolos de regreso ...
Es frecuente oír lamentos entre los escritores respecto a la pérdida del viejo estatus de la literatura… ¿Tienen los autores algún papel relevante en el mundo? ¿Les queda todavía alguna función que cumplir? Esas y otras preguntas son las que plantea C
La literatura no solo es un viaje, sino que viaja ella misma, cruza fronteras y desembarca sus mercaderías de palabras, que en muchas ocasiones fructifican en tierras ajenas.
Los porteadores (o los mercaderes, o los contrabandistas) de esas palabras son los traductores. Los únicos que hacen el viaje de ida y vuelta, saliendo de casa para buscar los tesoros ajenos y trayéndolos de regreso ...