Steven Galloway és autor de Finnie Walsh i Ascension. És professor d'escriptura creativa a UBC i SFU i viu amb la seva dona i les seves dues filles petites a New Westminster.
Un día, un obús cae sobre la cola que hay formada frente a una panadería y mata a veintidós personas, mientras el violonchelista lo ve todo desde su piso. Se hace la promesa de sentarse en el cráter que ha dejado el mortero y tocar el Adagio de Albinoni una vez al día, y un día por cada una de las víctimas. El Adagio ...
«Finnie Walsh permanecerá para siempre en mis pensamientos diarios, no sólo debido a las circunstancias de su impactante y absurda muerte, sino porque se las arregló para no entender lo que era realmente importante a pesar de que tenía razón en casi todo lo demás. Finnie Walsh me enseñó que los que necesitan la redención rara vez son los que se redimen».Con estas palabras ...
Un día, un obús cae sobre la cola que hay formada frente a una panadería y mata a veintidós personas, mientras el violonchelista lo ve todo desde su piso. Se hace la promesa de sentarse en el cráter que ha dejado el mortero y tocar el Adagio de Albinoni una vez al día, y un día por cada una de las víctimas. El Adagio ...
Un día, un obús cae sobre la cola que hay formada frente a una panadería y mata a veintidós personas, mientras el violonchelista lo ve todo desde su piso. Se hace la promesa de sentarse en el cráter que ha dejado el mortero y tocar el Adagio de Albinoni una vez al día, y un día por cada una de las víctimas. El Adagio ...
«Finnie Walsh permanecerá para siempre en mis pensamientos diarios, no sólo debido a las circunstancias de su impactante y absurda muerte, sino porque se las arregló para no entender lo que era realmente importante a pesar de que tenía razón en casi todo lo demás. Finnie Walsh me enseñó que los que necesitan la redención rara vez son los que se redimen».Con estas palabras ...
Un día, un obús cae sobre la cola que hay formada frente a una panadería y mata a veintidós personas, mientras el violonchelista lo ve todo desde su piso. Se hace la promesa de sentarse en el cráter que ha dejado el mortero y tocar el Adagio de Albinoni una vez al día, y un día por cada una de las víctimas. El Adagio ...