Ante la pregunta «¿panadería industrial, pastelería o boulangerie-pastelería?», Jack Talboni, un joven huérfano de unos padres que vivían «de amor y Vivaldi», eligió la tercera opción, y aprendió a fabricar «baguettes poco cocidas, pastelitos de chocolate». Gracias a este único savoir faire y con un poco de ayuda del destino, cambiará la vida de todo el distrito parisino alrededor de la calle Dipoule, hasta ...