Desde pequeña se sintió atraída por la educación... ¿Hay algo mejor que compartir tus días con las futuras generaciones? Su madre aún le recuerda cómo se encerraba en el salón y le daba clase a los muñecos... Así que no le fue difícil elegir qué carrera quería estudiar cuando llegó el momento: quería ser maestra.
Y a eso dedica su vida: a pintar los días grises de unos colores maravillosos, que solo los niños y niñas saben decorar.
Su momento favorito del aula es el de leer un cuento. Los libros transportan a lugares maravillosos, por eso se ha animado a despertar a su «escritora dormida».