Carola no tiene miedo de nada ni de nadie. No es de sorprender, por lo tanto, que no se asuste lo más mínimo cuando una voz grave y terrorífica se dirige a ella por su nombre una noche.
Carola no tiene miedo de nada ni de nadie. No es de sorprender, por lo tanto, que no se asuste lo más mínimo cuando una voz grave y terrorífica se dirige a ella por su nombre una noche.