Vivo sola en un garaje, y solo tengo a mano mi ordenador portátil y una vieja granada de mano... Hay pocas ventanas aquí, pero veo el mundo a través de la pantalla. Los e-mails van y vienen, mis viejos amigos de Facebook me siguen, como la vida misma, y yo no me pierdo detalle.
Así empieza La mujer a 1000 grados, y quien habla es ...