Shintaro Ishihara nace en 1932 en Suma-ku, Kobe, y en 1952 inicia sus estudios en la Universidad Hitotsubashi, donde se gradúa en 1956. Apenas dos meses antes de la graduación, Ishihara gana el Premio Akutagawa con La estación del sol, cuya adaptación al cine supuso el debut de su hermano mayor Yujiro, que se convertiría en uno de los actores más reconocidos de la escena nipona. En 1968 inicia su carrera política, que culmina como gobernador de Tokio de 1999 a 2012, una labor que desempeñó en medio de muchas polémicas por sus políticas nacionalistas.
Violentas y sensuales, estas historias componen un retrato de los adolescentes japoneses en los años cincuenta inmortalizados en su afán de rebelión inconsciente contra los códigos del antiguo Japón. La obra de Ishihara es una radiografía del boom posbélico que da cuenta de la inevitable caída de los valores tradicionales y del auge del materialismo en un mundo cada vez más acelerado.
«La foto que más me gusta es una que le tomaron cerca de Yotsuya-Mitsuke, cuando aún era un funcionario. No tendría más de veinte años y su cara refleja el cansancio de la doble vida que llevaba, la de funcionario y escritor nocturno. Es un Mishima aún sin fama, un solitario que parece preocupado por su vida, que de algún modo ya deja traslucir ...
Violentas y sensuales, las historias de La estación del sol componen un retrato de los adolescentes japoneses en los años cincuenta, inmortalizados en su afán de rebelión inconsciente contra los códigos morales del antiguo Japón. Es una juventud que no busca una moralidad moderna y real que reemplace a la antigua, sino una antimoralidad hecha de sexo indiscriminado, brutalidad y ...
Violentas y sensuales, estas historias componen un retrato de los adolescentes japoneses en los años cincuenta inmortalizados en su afán de rebelión inconsciente contra los códigos del antiguo Japón. La obra de Ishihara es una radiografía del boom posbélico que da cuenta de la inevitable caída de los valores tradicionales y del auge del materialismo en un mundo cada vez más acelerado.
«La foto que más me gusta es una que le tomaron cerca de Yotsuya-Mitsuke, cuando aún era un funcionario. No tendría más de veinte años y su cara refleja el cansancio de la doble vida que llevaba, la de funcionario y escritor nocturno. Es un Mishima aún sin fama, un solitario que parece preocupado por su vida, que de algún modo ya deja traslucir ...
Violentas y sensuales, las historias de La estación del sol componen un retrato de los adolescentes japoneses en los años cincuenta, inmortalizados en su afán de rebelión inconsciente contra los códigos morales del antiguo Japón. Es una juventud que no busca una moralidad moderna y real que reemplace a la antigua, sino una antimoralidad hecha de sexo indiscriminado, brutalidad y ...