«A Reisiger le tiemblan las rodillas y se estremece. Nota una sensación de ahogo en la garganta. ¡Así que eso es la guerra! Ahí hay un hombre ruidoso y fuerte, animoso y provocador. Luce el sol, el cielo está azul. De repente el hombre cae al suelo. Y brota la sangre. Y ese hombre regresará a casa y nunca más en la vida volverá ...