En el tablado de los paisajes cotidianos, esperpénticos guiñoles representan múltiples argumentos de la antigua farsa: la muerte, el sexo, la vida cotidiana. Personajes nacidos en la entraña misma de nuestra propia idiosincrasia, deformados por los espejos del callejón del Gato, sostienen cada una de las piezas que dan lugar a este retablo. Retablo a la manera tradicional; cada unidad, cada narración, tiene sentido ...