Si la realidad quiere ser una presencia semoviente, un fenómeno para cuya aparición debemos retrotraernos a los albores materiales del decir, por debajo de toda ley gramatical, entonces la palabra solo puede enraizar en la contraescritura, desierto de la retórica, a través de un ejercicio de roturación del lenguaje; para que lo dicho suelte su sal primera y fecunde la expresión. De ahí que ...
14,00 €
Disponibilidad inmediata