Se recupera este título editado por primera vez en el año 1984, que no ha perdido ni una pizca de emoción y de ternura sobre el significado de la pérdida real y simbólica que se produce en la infancia. Siguen llenas de poesía las ilustraciones de Carmen Solé y el excelente tono del relato, que jamás se desliza a la cursilería o la pseudopoesía. ...